En el departamento del Cauca, en medio de muchas montañas se ubica una vereda llamada Guanacas, que es el hogar de varias etnias de indígenas y también de una comunidad de campesinos. Allí nació y creció Luna, una niña de 13 años con quien conversamos acerca de varios temas como la diversidad y la tierra. Ella nos contó cómo es ser una niña campesina.
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¿Qué son los campesinos?
Luna y su familia viven cerca del pueblo de Inzá (Cauca), en una casa que ellos mismos construyeron. En ella tienen una cría de cerdos, gallinas y conejos y además una huerta en donde se encargan de cuidar y trabajar la tierra y, de esa manera, producir sus propios alimentos, por eso son campesinos. Ella nos lo explicó con sus propias palabras lo que significa para ella ser campesino:
Aparte de ser campesina, disfrutar cuidando la huerta de su casa junto a su familia y sembrar, abonar y recibir los frutos que la tierra les da, a Luna le encanta ir a la biblioteca a leer sobre distintos temas. Además en su escuela también tienen un proyecto en el que cada estudiante cultiva ciertos alimentos y debe hacerle seguimiento a su huerta a través de una bitácora.
Luna cuenta que los campesinos en su comunidad se basan en los ciclos de la luna para cultivar y que casi todo lo que consumen ha sido sembrado por ellos. Como no todos cultivan lo mismo, acostumbran a intercambiar con los vecinos alimentos y trabajan juntos para proteger la tierra.
Al estar tan cerca de la tierra, ellos tienen una visión diferente de los alimentos y comprenden que su labor es muy importante:
¿Cómo es la vida de los campesinos en el Cauca?
El Cauca es una región muy importante de nuestro país porque en ella conviven no solamente campesinos como Luna y su familia, sino también indígenas y afrodescendientes. Es una tierra muy productiva y con muchas tradiciones, pero desde hace mucho tiempo ha habido una lucha por el territorio que ha ocasionado que también haya sido muy golpeada por la violencia.
Luna y su familia han sido testigos de esa disputa:
Sin embargo, aunque de alguna forma han sido criados con este precedente, Luna y sus compañeros en el colegio (indígenas y campesinos) tienen una buena relación:
“En mi salón la mayoría son indígenas, somos muy pocos los campesinos, pero aún así nosotros nos respetamos mucho porque cada uno se siente identificado y nosotros queremos cambiar la historia, queremos que se acaben esos conflictos que en realidad no han servido de nada, entonces por eso compartimos como deberíamos compartir todas las personas”.
Pero las diferencias no solamente se han visto reflejadas en los conflictos por el territorio, también se ha sentido de alguna manera en las condiciones de vida de los campesinos, que son muy distintas en comparación con las de las personas que viven en la ciudad:
Esas diferencias también se hicieron evidentes una vez que Luna viajó a Bogotá como invitada a un evento. Allí ella se dio cuenta de que en las listas de asistencia se encontraban varias opciones como “afrodescendientes” o “indígenas”, pero en ningún lado decía “campesinos”, así que solo podían marcar a la opción de “otro”:
Los campesinos colombianos como cultura
Siendo conscientes de la importancia que tienen como campesinos, y viendo el ejemplo de algunos de sus padres, quienes al salir del colegio fueron a estudiar a la ciudad y luego regresaron a su municipio para trabajar allí por un futuro más prometedor, Luna y sus amigos construyen su futuro desde ya.
Ellos asisten cada semana a algunas juntas realizadas en la Asociación Campesina de Inzá tierradentro - ACIT, en donde analizan la situación de sus comunidades y conversan acerca del futuro, de lo que quieren hacer y de lo que les hace falta en su Municipio. Luna, por ejemplo, quiere estudiar medicina:
Pero la lucha más grande, una que viene desde la raíz, es la de su identidad. Ellos esperan que llegue el día en el que las demás personas vean a los campesinos como una parte importante de la sociedad, que reconozcan su forma de vida, como dice Luna:
“Una en la que las personas pensamos diferente y somos revolucionarios, porque queremos desde la tierra, desde el territorio, cambiar lo que ya existe en la nación y así algún día cambiar el mundo”.
Para cerrar, Luna quiso enviarle un mensaje a todos los niños: