Uno de los cuentos de animales del bosque, escrito por Andrés Huertas para nuestro programa Territorio Mágico, alegría contagiosa.
El pájaro veloz
Un pájaro encontró un carro de Fórmula 1 adentro de un huevo en su nido. Se puso su casco y salió a correr por la carretera.
Le ganó a los cheetah, derrotó a los halcones, participó en las carreras de las pistas más veloces y ganó todas las copas.
Apostó carreras en el mundo de los sueños y le ganó a las pesadillas. Apostó una carrera contra el tiempo e hizo estallar todos los relojes.
Estuvo en todos los programas de televisión, dio todas las entrevistas, salió con las pájaras más hermosas y, cuando volvió a su nido, llegó tarde.
Su hijo, temprano en la mañana había volado por primera vez.
El pájaro se puso muy triste pero, cuando trató de salir del carro de Fórmula 1, se le atascaron las alas en el volante, y el casco no le quería salir.
Los mecánicos tuvieron que venir con sus destornilladores y se demoraron más que la lluvia que espera dormida en las nubes, se demoraron más que el tiempo en un salón de clase el viernes a última hora, y más que los sueños que tienen las ballenas navegando entre las cuevas submarinas.
Y por fin, cuando desbarataron el carro, el pájaro torpe salió tembloroso de su cárcel y su hijo lo ayudó a caminar lejos de los pedazos.
El pájaro volvió a aprender a caminar y un día, levantó vuelo con su hijo y se quedaron flotando entre las nubes mientras silbaban sin afán.