Los dragones son criaturas fascinantes que han estado presentes en libros, series, películas y series de televisión para todas las edades. Por eso en Mi Señal quisimos descubrir todos los tipos de dragones que han existido y contarte de los más representativos y populares de las mitologías china, griega y nórdica. ¡Conócelos junto a nosotros!
Dragones de la mitología china
En la mitología China los dragones son venerados por sus características y los poderes místicos que se les atribuyen. En la literatura y arte clásica de esta cultura aparecen 9 tipos de dragones, pero los tres más representativos son:
Tianlong
Así se llama el dragón celestial que cuida los templos. Era el emperador de estas criaturas fantásticas.
Shenlong
El dragón espiritual. Su aspecto era gigante y de color azul como el cielo. Poseía el poder de controlar la lluvia, las nubes y el viento, motivo por el que los ciudadanos siempre trataban de complacerlo para no alterar su temperamento.
Fucanglong
El dragón de los tesoros escondidos era el que todos los ciudadanos querían encontrar. Por su poder significaba abundancia y riqueza. ¡A todos nos hubiera gustado encontrarlo!
El poder celestial que tienen estos seres en la cultura oriental es tan grande que existen templos para adorarlos y honrarlos por sus favores. En esta parte del mundo cada 12 años se celebra el año del dragón el cual se cree que trae salud y abundancia.
Dragones de la mitología griega
La antigua Grecia estaba llena de seres poderosos y sorprendentes entre estos los dragones, quienes también tenían un papel importante en su historia debido a sus características y apariencia, entre los más populares estaban:
Ladón
Esta criatura poseía 100 cabezas, cada una hablaba un idioma diferente. Por su aspecto intimidante fue enviado por Hera, diosa del Olimpo y esposa de Zeus, al jardín del Hespérides para cuidar las manzanas de oro que poseía, ya que otorgaban la inmortalidad.
Se cree que al morir, Hera envió su cuerpo al cielo en agradecimiento por su labor, y desde entonces se ve la famosa constelación del Dragón en el Polo Norte.
Dragones de Demeter
La diosa de la agricultura, Demeter, poseía dos hermosos dragones que acarreaban su carro. Un día ella decidió regalárselo a Triptolemos, un semidios, encargado de expandir el conocimiento agrónomo que la Diosa le había compartido, para esta misión los dos dragones lo acompañaron por todo el mundo repartiendo sabiduría, y fueron vistos como héroes por ayudar a lograr el objetivo de su dueña.
Hydra
Era un dragón acuático de 9 cabezas, guardián de las aguas de Argolid donde estaba la entrada al mundo subterráneo. Cada vez que se le cortaba una cabeza le crecían dos más, por lo que Hércules, hijo de Zeus, al matarla quemó cada una de estas para que no volvieran a crecer.
Su lucha contra Hércules se encuentra representada en varias pinturas del Museo del Louvre en Francia, por lo que cientos de visitantes lo recuerdan a diario.
Dragones de la mitología nórdica
Cada historia de la mitología Nórdica está compuesta por dioses, gigantes, enanos, y cientos de criaturas fantásticas que vivían en los nueve mundos. Y como te contamos en “Dragones: ¿realidad o fantasía?” en Europa aunque estos personajes no eran vistos como seres amables, fueron protagonistas de varios relatos que se llevaban a cabo especialmente en el mar, lagos profundos o climas tormentosos, convirtiéndose en grandes leyendas:
Nidhogg
Este personaje era una hembra vivía en el inframundo, su nombre significaba “golpeador de la noche”. Era una criatura malvada que rondaba las raíces de Yggdrasil, el árbol de la vida que protegía a todos los mundos y atormentaba las almas de Niflheim, el reino de las tinieblas.
Fafnir
Era hijo del rey enano Hreidmar y el vigilante del tesoro de los nibelungos, cuando su padre murió decidió usar sus poderes para convertirse en un dragón y quedarse con toda su herencia. La historia cuenta que su sangre mantenía una mística protectora que al ser tomada por una persona lo llenaba de conocimiento y lo hacía invencible.
Además de estas dos criaturas, también existían los ‘Drakkars’, un objeto decorativo en forma de cabeza de dragón que colocaban en sus barcos antes de embarcar para ahuyentar los espíritus protectores de las tierras en las que querían incursionar.