El 19 de marzo del 2018 murió Sudán, el último rinoceronte blanco macho del mundo. Esta es una noticia muy triste, porque aunque aún quedan dos hembras, esto quiere decir que esta especie ha quedado oficialmente extinta.
A propósito de esta noticia, en Mi Señal nos hicimos varias preguntas que de pronto tú también tienes acerca de este tema. Estas respuestas nos pueden ayudar a reflexionar y entender por qué se están extinguiendo los animales y cómo esto afecta a nuestro planeta.
Te puede interesar: Animales en vía de extinción en Colombia
¿Por qué se extinguió el rinoceronte blanco?
Los rinocerontes en África han sido presa de los cazadores furtivos durante muchos años. Ellos sacan provecho económico al atraparlos y vender sus partes ya que sus pieles, cuernos y cabezas son para algunas personas artículos de lujo, lo que los convirtió en un objetivo.
A pesar de los esfuerzos de varias reservas y cuidadores para proteger esta especie, el número de rinocerontes cazados superó el de los nacimientos. Esto se debe a que estos animales tardan un año y medio en su gestación y solo nace una cría por parto. Por esta misma razón el rinoceronte negro,al igual que el rinoceronte blanco, se extinguió.
¿Qué va a pasar sin el rinoceronte blanco?
Como lo hemos dicho en uno de nuestros artículos anteriores, cuando se extingue una especie todo el ecosistema donde esta habitaba se ve afectado. Con la pérdida del rinoceronte blanco otras especies como insectos y aves deberán buscar nuevas fuentes de alimento, migrar a otros espacios o, de lo contrario, también se extinguirán.
¿Qué podemos hacer para evitar la extinción?
Lo mejor que podemos hacer es ser conscientes de la importancia de vivir en armonía con los animales y con la naturaleza. En Colombia y en el mundo entero, existen muchas especies que se encuentran gravemente amenazadas y, aunque la preservación de todas no esté completamente a nuestro alcance, sí podemos aportar en la conservación del medio ambiente a través del manejo adecuado de las basuras y del ahorro del agua y entender que no se deben tener como mascotas especies salvajes o exóticas ni comprarlas o venderlas para exhibir sus partes como si fueran un trofeo.
El primer cambio y tal vez el más importante es hacer de la nuestra una generación más consciente.