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22 Septiembre 2017

Niñas que se rebelan contra el miedo

Ellas combaten los desafíos en bici. ¡Conócelas!

En Mi Señal hemos conversado en varias ocasiones acerca de un tema muy especial: la rebeldía. Ya hemos conocido rebeldes que decidieron estudiar en casa, que aprendieron a decir lo que pensaban o que se hicieron fuertes y tomaron valor para afrontar circunstancias difíciles, ahora queremos presentarte a unas niñas de Bogotá que decidieron rebelarse contra algo que todos alguna vez hemos sentido: el miedo.

 

“Rebelarse contra el miedo, porque el miedo nos impone retos” Mariana Ospina

En el municipio de Soacha, más exactamente en el barrio Los Pinos, se encuentra la fundación Niñas sin miedo, un proyecto que tiene como objetivo fortalecer habilidades y brindar herramientas a las niñas y adolescentes del sector, con el fin de prevenir la violencia sexual y el embarazo no planeado.

Mi Señal visitó esta fundación para conversar con las niñas y conocer a Natalia Espitia, la líder de esta iniciativa, quien nos contó que todo comenzó hace algunos años cuando ella sufrió un episodio de violencia y sintió miedo de salir a la calle, y solo hasta que comenzó a utilizar la bicicleta logró recobrar la confianza, volver a salir y a sentirse tranquila. Natalia aprendió a utilizar la bicicleta para combatir el miedo y decidió compartir esta estrategia con otras mujeres.

Gracias a su participación en otros programas sociales, Natalia llegó al Municipio de Soacha, en donde encontró que la desigualdad, la falta de recursos y las pocas oportunidades para estudiar hacían que las niñas y adolescentes fueran víctimas de distintas problemáticas como abuso sexual y embarazo no deseado. Esto, sumado a su deseo de emprender y de ayudar a otros, dio origen a la creación de esta fundación.

Actualmente Niñas sin Miedo es un lugar en el que las chicas de esta comunidad pueden encontrar, a través del deporte y la educación, una manera de enfrentarse a las situaciones complejas que pueden llegar a vivir, una manera de promover y crear un cambio social desde ellas mismas.

Mariana de 12 años y Valentina de 11 nos contaron con sus propias palabras qué es para ellas Niñas sin miedo.

Cada sábado las niñas asisten al salón comunal de Los Pinos, en donde a través de talleres y actividades aprenden sobre sus derechos, su integridad, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la autonomía, la empatía, las rutas de acción a las que pueden acudir en caso de ser necesario, la sexualidad e incluso los cambios que ocurren en sus cuerpos al llegar a la pubertad, y en todo ese proceso la bici se convierte en el vehículo a través del cual ellas pueden poner todo esto en práctica y decidir el rumbo de sus vidas.

Las niñas más pequeñas del barrio aprenden a montar bicicleta en la cancha. Entre ellas se ayudan, se motivan, se dan fuerzas y crean lazos de amistad que fortalecen la solidaridad y las invitan a ser cada vez más dueñas de sus vidas, de sus actos, de sus decisiones, de su cuerpo y de sus derechos.

Este proceso deja más en ellas más de lo parece y eso se nota al verlas esforzarse por montar bien, por cuidar a sus compañeras,  por cargar sus bicis con fuerza y seguir las indicaciones de los voluntarios que hacen parte del equipo. Porque otra cosa que aprenden es que para rebelarse contra el miedo es necesario el apoyo y el respeto mutuo.

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