Este es uno de los cuentos cortos de animales para niños, creado por Ana del Mar, Estéfani, Sebastián, Gaby y Camilo para nuestro programa Cuento viajero.
Cerdo Pérez
Cerdo Pérez es un animal muy gordo. Lleva una camisa azul y zapatos verdes. Es de color rosa y sus ojos son morados. Él bota la basura al suelo, deja la luz prendida, deja la llave abierta cuando se cepilla los dientes y utiliza mucho el carro.
De un tiempo para acá, Cerdo Pérez empezó a botar la basura en un bosque. Hasta que un día, el árbol que había estado recibiendo todo esa basura se puso tan bravo que empezó a temblar. Cerdo Pérez miró hacia arriba, y cuando vio que el árbol estaba furioso, se desmayó.
Cuando Cerdo Pérez abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en un juicio y alrededor estaban los animales a los que él les había hecho daño con su basura, los demás árboles y un juez, que era el árbol que más había ensuciado.
–Cerdo Pérez, estás sentenciado a vivir entre la basura si no cumples esta penitencia–, le dijo el árbol juez. –La penitencia es salvar a los animales en vía de extinción.
Cuando Cerdo Pérez se despertó estaba sorprendido por todo el montón de basura acumulada, como botellas y pitillos que él mismo no había reciclado. Pero se fue a su casa como si no hubiera pasado nada.
Antes de dormir, mientras se cepillaba los dientes, vio en el espejo a un conejo pero cuando miró para atrás, no había nadie. Después vio a un búho en el espejo, pero cuando miró para atrás, tampoco había nada. Y después vio a una tortuga en el espejo, y cuando miró para atrás, ¡la tortuga estaba encima de su cama!
–¿Esto es una realidad o un sueño?– Le preguntó Cerdo Pérez a la tortuga.
–Cerdo Pérez, si no cumples la penitencia, todo lo que te dijo el árbol se hará realidad– respondió ella.
Entonces a Cerdo Pérez se le ocurrió que podía hacer una reserva natural y al día siguiente se puso manos a la obra. Sembró un bosque que empezó a crecer y a dar flores, frutos y diferentes plantas.
–Ayúdenme a cuidar este bosque– Le dijo a sus vecinos. –Con eso podemos tener el ambiente bien, y no nos morimos.
–Ay, qué pereza– Le respondieron ellos, y no le hicieron caso.
Pero sus vecinos se empezaron a enfermar de los pulmones, de la cabeza, del corazón, del estómago.
–¿Tú por qué estás bien y nosotros estamos mal?– Le preguntaron los vecinos a Cerdo Pérez.
–Porque ustedes no están comiendo verduras ni frutas. No hacen ejercicio y tampoco cuidan el medio ambiente. Pero si me ayudan a construir mi reserva natural, seguro se van a mejorar.
Ese día los vecinos de Cérdo Pérez empezaron a sembrar y a pasar más tiempo en el bosque. Y cuando llegó la noche, el cerdo tuvo un sueño parecido al que tuvo cuando se desmayó.
–Cumpliste tu promesa– Le dijo el árbol. –Hiciste tu reserva y ahora has terminado tu misión.
Cuando Cerdo Pérez despertó, pensó: He hecho algo bueno.
Más cuentos de animales: