¿Te ha pasado que en algún momento quieres rescatar animales callejeros pero el miedo a que te muerdan o te rasguñen te detiene? ¡Tranquilo!, en Mi Señal nos contactamos con Carolina Alaguna, la doctora veterinaria experta en comportamiento animal del refugio de Chambi y Max para que nos contara cómo rescatar perros y gatos abandonados sin recibir un mordisco en el intento.
Lo primero que recomienda la Dra. Carolina es que toda la familia debe estar de acuerdo con esta decisión. Recuerda que adoptar una mascota es una responsabilidad de todos y así como tú, tus padres y tus hermanos ocupan un lugar en casa y tienen necesidades básicas como ir al baño, ese perro y gato también.
Así que si quieres que tu rescate sea completamente exitoso, antes de iniciar tu misión tienes que contársela a tus padres. Si ya lo hiciste y están de acuerdo con tu intención sigue leyendo y comparte con ellos la siguiente información ↓
¡Vamos al rescate de animales callejeros!
1. Arma el plan:
Si ya tienes identificado al perro o gato que vas a rescatar, lo que debes hacer –siempre en compañía de tus padres o de un adulto– es ganarte su confianza. Lo puedes lograr con una de las cosas que más les gusta: ¡los bocaditos de comida!
Lleva contigo salchichón o snacks para animales, latas o comida en sobre para que ellos se sientan atraídos y empiecen a hacer una asociación positiva con la persona que los está alimentando.
2. El acercamiento:
Esta es la parte más complicada pero no imposible de la misión para rescatar animales calljeros.
Si al acercarte ves que el perro o el gato empieza a mostrar los dientes, a temblar, a meter la cola entre las patas, se agacha como agazapado y pone sus orejas hacia atrás, probablemente es que tenga miedo y pueda reaccionar de manera agresiva.
Ante esta situación lo mejor es ir con mucho más cuidado: no acercarle la mano sino dejarle la comida al alcance, alejarnos uno o dos metros y esperar que él coma tranquilo, y así durante varios días hasta que el animalito vaya cogiendo confianza.
Puede pasar con los perros que al comienzo los veas tranquilos pero que de repente se espanten y te empiecen a ladrar de manera agresiva, ¿qué harías en esta situación? Si respondiste correr, queremos decirte que al hacerlo es más probable que te terminen mordiendo.
Lo que nos sugiere la Dra. Carolina es no correr porque eso los activa más. Quédate quieto, no lo mires fijamente a los ojos y aléjate de a poco, así no te va a ver como una amenaza
Por otro lado, y este es un punto muy importante, si percibes que el animalito está muy enfermo, atropellado o con síntomas de dolor, es decir que lo veas temblando, lo escuches respirando muy fuerte o llorando, es mejor acudir a la policía de protección animal o a un veterinario que esté cerca para que te ayude, pues su primera reacción ante el dolor siempre es morder.
En este directorio puedes consultar los números de contacto de la patrulla de protección animal a nivel nacional.
Los gatos cuando están nerviosos bufan —así se le llama al sonido que hacen cuando están furiosos o se sienten amenazados— mandan la orejas para atrás, abren los ojos, se les ve la pupila dilatada y pueden agacharse o erizarse. Debes tener mucho cuidado porque los animales callejeros te pueden atacar, entonces simplemente déjales la comida, retírate y repite la rutina durante varios días hasta que tenga la confianza de acercarse a ti.
3. ¡Lo logré! ¿Y ahora qué?
Si el perro ya entró en confianza lo ideal es intentar agarrarlo con una correa. Si es un gato que después de muchos bocaditos no se deja acariciar, no te arriesgues a alzarlo y mucho menos a ponerle una correa porque puedes salir lastimado en el intento.
Mejor contempla la posibilidad de utilizar una trampa nocturna en la que se deja comida para que ellos caigan solos. Normalmente las organizaciones de protección animal cuentan con ellas así que podrías consultarles al respecto. Pero si los bocaditos resultaron efectivos y el gato se acerca tranquilo, mételo en una caja, un guacal o una maleta de la que no pueda escapar.
Esta visita es muy importante, incluso, antes de bañarlo, pues es él quien nos va ayudar a identificar qué tipo de concentrado le puedes dar según su edad y estado de salud.
Ya si el veterinario te dice que tu amigo peludo está en perfectas condiciones, hay que aprovechar para bañarlo, ponerle antipulgas, desparasitarlo y empezar el esquema de vacunación según lo recomiende el experto.
Si por el contrario tiene algún problema o enfermedad, debes seguir al pie de la letra las sugerencias que te den. Por eso es muy importante que la primera atención sea con alguien que sepa manejar animales, especialmente animales callejeros que recién han sido rescatados.
4. ¿Cómo relacionarlo con su nueva familia?
Como en todo el proceso inicial lo ideal es que sea una sola persona la que se acerque al perro o gato, cuando ya está en su nueva casa viene otra tarea: relacionarlo con los demás miembros de la familia.
Es importante darles un tiempo, no ser invasivos, dejar que recorran la casa y la olfateen. Hay que ser comprensivos y tenerles paciencia al enseñarle hábitos nuevos como dónde hacer popó, pues vienen de vivir en la calle y probablemente han sido maltratados.
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A los gatos generalmente hay que darles un poquito más de tiempo que a los perros. Déjalos que se escondan en el sitio donde se sientan seguros, no los molestes ni te dejes ganar por la ansiedad. Ellos irán saliendo en la medida en que se sientan tranquilos. Lo ideal es tenerles una arenera entre más sencilla, mejor, porque si no es tan acostumbrados pues va a ser más difícil.
¡Atención! Si han pasado dos días y el gato no ha salido de su escondite debes pedirle ayuda a un profesional porque es grave para su salud. ¿A quién acudir? Ojalá a un veterinario etólogo, pues es un especialista que se encarga de revisar el comportamiento animal.
Si cumpliste estos cuatro pasos y lograste rescatar no solo uno, sino varios animales callejeros, es el momento de que tú y todos los miembros de tu casa, al frente de tu nuevo amigo, repitan juntos y en voz alta, la siguiente promesa:
5. ¿Qué hacer si te muerden?
Las misiones siempre tienen un margen de error y si aún después de tomar todas las precauciones eres víctima de una mordida o rasguño —esperamos que no sea así— lo primero es guardar la calma y lavar inmediatamente la herida con abundante agua y detergente, pues ese el protocolo que se sigue para evitar el contagio de la Rabia, un virus mortal que se transmite a través de las mordeduras de animales.
También debes tener mucho cuidado con los arañazos de los gatos, porque a través de estos puedes ser infectado por Bartonella henselaese, una bacteria que te puede causar inflamación y molestias en ganglios linfáticos, fiebre, dolor de cabeza y fatiga.
Luego del lavado acude con tus padres al centro médico más cercano, sobretodo si la herida fue en las manos o del cuello hacia arriba, pues estas son consideradas zonas de alto riesgo y deben ser tratadas con urgencia. Si las heridas fueron en otras partes del cuerpo también debes pedir asistencia médica.
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Rescatar animales callejeros es uno de los mejores regalos que le podemos hacer a la naturaleza y, por supuesto, a los mismos perros y gatos. Por eso, si tienes en mente decirle a tus padres que quieres tener un amigo peludo, escucha este mensaje de la Dra. Carolina y únete a la campaña #AdoptaNoCompres :)
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