18 Octubre 2016
¿Alguna vez has escuchado de una universidad para niños? ¡En Medellín hay una! Se llama La Universidad de Niños EAFIT y sus salones están llenos de entretenidas experiencias infantiles; allí los chicos se reúnen cada viernes para encontrarle una respuesta a sus inquietudes biológicas o científicas, aprender, experimentar, conocer nuevos amigos y darle paso a su vocación: la ciencia y la investigación.
Y aunque su fin no es convertirlos en expertos científicos sino motivar su curiosidad, en algunos casos le ha dado rumbo a lo que ellos quieren ser en el futuro. Un ejemplo de esto es Miguel, Salome y Alejandra, quienes siempre sintieron curiosidad por esta temática, después de ser parte de esta iniciativa ahora tienen claro que cuando crezcan quieren ser biólogos, investigadores e ingenieros mecánicos.
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“La Universidad de los Niños es para disfrutar el conocimiento. En ella he practicado y me he acercado a los animales y a la biología, que es lo que me gusta. Es un paso para ir prendiendo lo que quiero ser cuando sea adulta", así lo cuenta Alejandra, de 12 años.
Por su lado Miguel Ángel Osorio, quien lleva 2 años en la universidad de los niños, quiere ser ingeniero mecánico gracias a los experimentos que hacen parte de su práctica cada fin de semana: “Me gusta mucho armar robots, construir circuitos y hacer mis propios inventos.”
Para ellos, y muchos más, su participación se convirtió en una experiencia para resolver sus inquietudes, enriquecer sus conocimientos y descubrir actividades que en el futuro serán parte de su profesión, pero que desde ya asumen como su pasión a través de 4 aspectos fundamentales: hacerse preguntas, conversar, jugar y experimentar, bases que hacen de esta iniciativa el escenario ideal para el aprendizaje y desarrollo de los que participan en ella.
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¿Qué hay de excepcional en esta universidad?
Este innovador proyecto de la Universidad EAFIT, inspirado por diversas universidades de Europa que hacen parte de una reforma educativa, surgió hace 11 años y ha cambiado e impactado positivamente la vida de los más de 2.300 niños, entre los 8 y 17 años, que han participado en este de manera gratuita. Así lo afirma Ana María Londoño, Jefe del proyecto: “Ahora son más curiosos, absorben el conocimiento de manera más natural, investigan e incluso se relacionan mucho mejor con los otros.”
Miguel Ángel, ha sido uno de ellos: “Para mi la ciencia nos hace entrar en nuevos mundos. La Universidad de los Niños me cambió la vida, me ayudó a interesarme y descubrir mucho más en la investigación, a ser más expresivo y a querer nuestro planeta.”
Para Alejandra, sorpresivamente y sin imaginarlo el juego se convirtió en el puente ideal de aprendizaje: “Pensé que era como un segundo colegio, pero al asistir a los talleres me di cuenta que interactúas con muchas personas, experimentas, juegas, conoces lugares muy interesantes y entiendes porqué es importante conocer lo que pasa en el planeta.”
En ocasiones hacen visitas a laboratorios químicos o genéticos y expertos científicos los acompañan para abordar cada tema desde diferentes perspectivas, desmitificando la imagen instaurada del típico científico encerrado en el laboratorio y convirtiéndose en una inspiración para realizar sus propias investigaciones.
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¿Y por qué una universidad para niños?...
¿Y por qué no? El ser humano está aprendiendo constantemente y tenemos la falsa idea de que a las universidades solo podemos y debemos ingresar a una edad determinada, sin tener en cuenta que a diario jóvenes y niños se encuentran con inquietudes que pueden ser resueltas gracias a este tipo de proyectos que además de ofrecerles nuevos conocimientos se convierten en un entrenamiento para afrontar su presente y su futuro desde ya.
Así se lo planteó la EAFIT, y a través de esta iniciativa y su progreso, ha demostrado que la docencia y la investigación es un campo que debe abrirse a los niños y adolescentes para transformar su vida, descubrir la ciencia como una aventura diaria y potencializar sus habilidades con temas que muchas veces no vemos, pero también son de su interés.
“Yo no puedo vivir sin la ciencia, ni la investigación. Mis pasatiempos favoritos son leer, hacer deporte o tocar el violín y como todo tiene su ciencia lo combino con lo que aprendo en la universidad. En cada actividad me hago preguntas e investigo para encontrar su respuesta.” Así nos cuenta Alejandra sobre la forma en que le abre espacio a la universidad entre sus demás hobbies.
“Investigar es lo que más me gusta hacer cuando tengo tiempo libre. En el colegio me llamó mucho la atención el sistema solar, fue la primera vez que vi la luna, entonces empecé a investigar ¿qué es la luna?, ¿por qué nos sigue? Ahí empezó mi gusto, lo que ahora investigo es ¿los extraterrestres existen?” Miguel Ángel.
Aunque en la actualidad, alumnos de más de 55 colegios hacen parte de esta universidad sigue siendo la única en nuestro país. Pero no te preocupes, la próxima vez que tus hijos o estudiantes te hagan preguntas como: ¿por qué la luna nos persigue?, ¿cómo flota un barco? o ¿por qué vemos los colores? puede ser una oportunidad para que fomentes su curiosidad de una manera entretenida y diferente... ¡Y si estas en Medellín puedes integrarlos a este programa!
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